El pasado sábado tuvimos la oportunidad de disfrutar de la nueva edición del Festival’Era, 12h ininterrumpidas de música disfrazada de modestia pero del nivel de The Antlers, Delorean, The New Raemon. Qué difícil debe ser tratar de encajar y sintonizar a varios estilos cuando solo dispones de unas horas, pero lejos de intentar abarcar demasiados experimentos, nos ofrecieron un cartel mimado y cuidado al detalle.
Cuando valoras un festival veraniego, hay factores que siempre preceden al éxito: Un contexto idóneo, la ‘Masia Can Gascons’ en Llagostera coloca al festival a una distancia accesible de Barcelona y te permite poder escuchar los conciertos con la tranquilidad y amabilidad que un paisaje de este tipo regala. Y es que cualquier parecido a la filosofía del Vida Festival o el popArb es tan evidente como celebrable, pero a éste, añádele la exclusividad solo al alcance de 1500 afortunados.
El Último Vecino fue el encargado de arrancar el festival a una puntualísima hora con su directo siempre eficiente y que no logra saciarme las ganas de verles en una sala. The New Raemon capitaneados por Ramón Rodríguez (esta vez más sonriente de lo habitual). Empezaron y acabaron ofreciendo elogios a la organización y al festival. Tiraron de clásicos y incluso después de tanto tiempo, volvieron a deleitarnos con el tema versionado de Nueva Vulcano ‘Te debo un baile’. Un concierto cercano, corto y eficiente.
Cuando la sutileza es la respuesta, aparecen los evolucionados The Antlers ofreciendo su única presentación de su nuevo LP en el territorio. El toque necesario de sintético, la elegancia como virtud y la buena puesta en escena de los tres de Brooklyn. Luego solo sería solo cuestión de tirar de genética y aportar la sangre electrónica que caracteriza a los organizadores del festival. Los encargados de ello serían Delorean. Desde mi punto de vista, el mejor directo. Enérgicos, encajando a la perfección y sintonizando a todo el mundo. Deli, Destitude Time y el nuevo tema Crystal sonaron a la perfección.
A su altura estuvieron los valencianos Jupiter Lion, maquillando lo bailable y frenético que empezaba a cocerse en el ambiente con ritmos psicodélicos que abrirían las puertas a Gold Panda, a Pau o Sau Poler y Djonhson.
Sin duda, uno de los festivales del verano. Aún nos dura la sonrisa en la cara. Lo modesto de un festival con capacidad para ‘unos pocos’, termina vistiéndose de grata sorpresa. Repetiremos el próximo año, seguro.
Texto y fotografías : @indie_polis